2011-12-28

Vísceras y Amor



De todo mi cuerpo solo siento las entrañas. Las siento como un amasijo de agujas punzantes y no creo que sepas qué es eso. Me desgarran los órganos sirviéndotelos en cocktail. Me odio por no poder darte lo que necesitas y que, en cierto modo, no dependa ahora de mi. Me siento en el subsuelo del mundo. Fuera de aquí. Todo escuece. Arde.

No tengo aliento ni fuerzas para despedirte, porque tampoco quiero. Me odio y me quedo sin palabras. Y mientras muero en tus brazos, no tengo nada. Exactamente igual que tú. Lo siento.

Lo siento profundo y salen palabras enmudecidas. No las puedes oir. Palabras más que prohibidas. Palabras que ya suenan a aquello que fue y no es. Lo siento mortal, vencible. Lo siento tierno y tajada. Lo siento como víscera que se desprende en mi mano. Lo siento como tejidos ensangrentados de un corazón aplastado.

No importa que lo llegue a comprender. Porque eso no cambiará nada.
Odio llorarte y llorarme. Lo odio profundamente.

Siento una apisonadora en mi pecho, siento gente picando en mi caja torácica. Siento ruidos de sirenas y grapas en la carne. Siento como escribes tus últimas palabras con la ayuda de mis costillas y mi sangre. Siento que mi cuerpo, es el lienzo de tu expresión de Muerte. El tórax se hunde y con él, los instrumentos que usé para poder Amarte. Amarte bien, nunca fue suficiente.

Nunca fue suficiente.



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