Estuve a punto de rozar la rutina contigo y re-descubrirnos en una vida llena de dificultades entre Vitoria, Getxo y Bilbao. Y no lo hice porque claramente las dificultades eran mucho mayores que las ventajas de estar contigo ahogadas en un mar sin tiempo. A veces me pregunto cómo nos hubiera ido, pero no tengo el sentimiento de que entonces nuestra historia continuara hasta hoy diecisiete de Diciembre del dos mil once. No puedo tenerlo cuando tú estarías trabajando a jornada partida, yo probablemente sería una trabajadora de fin de semana y una estudiante de mitad de carrera a 80km de aquí que habría tenido un perro adolescente que no tiene lugar en esta nuestra no-casa.
No sé cómo lo estaríamos llevando; pero quizá hubiéramos colapsado ya y eso me daría toda la razón para no haber venido. No te voy a mentir, solo tengo clara una cosa pero no el modo a realizarla porque no encuentro el dinero y no quiero dejar la carrera.
Me acuerdo de ti a diario y te revivo a cada instante. Quiero ser la envidia de todo Amante de pacotilla que no encuentra el Amor. Nunca nada entre nosotras ha sido fácil, nunca. Nada.
Si te miro a los ojos...¿vas a concederme la ilusión de creer verdaderamente en ti y en mi?.
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Ahotsak