Coger ese autobús es como vomitar en mi propio Amor. Coger ese autobús de madrugada es c0mo masturbar al dolor en un asiento vacío, probablemente carente de Alma y al lado de alguien que no vale nada. Subirme en él será avocar mi Alma a la calzada llena de sangre, al alquitrán que hubo un día en mis pulmones, a fumarnos este Amor muerto entre las horas. Volveré al cementerio de los vivos moribundos que no sienten nada.
Coger ese puto autobús será como dirigir mi cabeza a la boca de un cañón, como arrinconar mi cuerpo contra una picadora de carne industrial. Algo así como ahorcarme con mi intestino grueso o cortarme las venas con una de mis costillas flotantes.
Se rompe la distancia y se esparcen los órganos por la ciudad nevada. La nieve bañada en sangre. Explotan el rojo y el blanco, los colores de la Navidad que son mi muerte y mi paz.
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Ahotsak