2011-03-27

La Estación

De pronto, el mundo se encuentra ajeno a su dolor. El tránsito intermitente de esta ciudad enciende y apaga su Corazón. Las lágrimas son un testigo impotente de su desayuno amargo. Café y despedida. La misma despedida que abriría una fosa común a todos sus sueños en la fría mañana de Marzo.

¿Has oido cómo rompe tu Alma contra el cemento de la ciudad?, ¿has oido cómo cruje contra el alcantarillado? Contra esos barrotes oxidados de sueños. Contra los vértices apuntados de las baldosas azules. Contra tiempo de correr en busca de su abrazo mudo.

Abrasiva calzada. Ansiedad incandescente que desciende por tus mejillas. Desayunar la Ausencia en su estela boreal. Te frotarías los ojos con cristales. La muerte en tu pecho.

En tu pecho la muerte. Si quisieras huir correrías justo en la dirección contraria; sin miedo, sin valor. Te odias una vez más por no espetarle un Te Quiero a la cara.

Cobarde.

Bienvenido al Reino de la Esperanza.

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