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2011-12-31

Canción de Navidad

Es injustísimo que de todos los restos que me puedan quedar, solo se muestren ante mi imágenes imperiosas, dotadas de una fuerza descomunal y llenas de Amor. Imágenes que recuerdan que he sentido plenamente durante mucho tiempo. Pero es injusto, injustísimo que de todo lo que queda me invadan la mente cuando, en realidad, no quiero saber nada de aquellos días felices.

Luna de Miel, déjalo estar.

Es injustísimo pasarse el día trabajando y rememorar cada uno de los besos. Las palabras están vacías porque alguien robó sin piedad toda semántica de nuestras frases de Amor. Éramos únicos y ahora somos cualquiera. Cualquier amor.

Bajé de mi trono y ahora vivo al nivel del resto de los Mortales. Es injustísimo ceder unos minutos a este sin-sentido. Siento que me han robado mientras dormía. Siento que me han apuñalado mientras dormía y ahora aparezco Muerto contemplando mi reflejo en un espejo lleno de sangre. Si dirijo mis ojos al suelo puedo ver como han destripado mi cuerpo y mis órganos flotan entre los recuerdos y las letras de tus canciones. Puedo barrer la sangre hasta la caja del puzzle de mi vida. Los fantasmas murieron, ahora queda la carne. Puedo disimular. Puedo disimular el rojo chillón para que no te duela. Invoco a mi estrella por las noches para que rece a mi cuerpo mientras descanso bajo el húmedo suelo de azulejos blancos. Blanco y rojo. Los colores de la Navidad. De tu Navidad.

Desnudo ante la Muerte.

Canción de Navidad,

de tu Navidad.


La Navidad sólo fue una excusa más, imagen táctica de la razón...



*



2011-12-28

Vísceras y Amor



De todo mi cuerpo solo siento las entrañas. Las siento como un amasijo de agujas punzantes y no creo que sepas qué es eso. Me desgarran los órganos sirviéndotelos en cocktail. Me odio por no poder darte lo que necesitas y que, en cierto modo, no dependa ahora de mi. Me siento en el subsuelo del mundo. Fuera de aquí. Todo escuece. Arde.

No tengo aliento ni fuerzas para despedirte, porque tampoco quiero. Me odio y me quedo sin palabras. Y mientras muero en tus brazos, no tengo nada. Exactamente igual que tú. Lo siento.

Lo siento profundo y salen palabras enmudecidas. No las puedes oir. Palabras más que prohibidas. Palabras que ya suenan a aquello que fue y no es. Lo siento mortal, vencible. Lo siento tierno y tajada. Lo siento como víscera que se desprende en mi mano. Lo siento como tejidos ensangrentados de un corazón aplastado.

No importa que lo llegue a comprender. Porque eso no cambiará nada.
Odio llorarte y llorarme. Lo odio profundamente.

Siento una apisonadora en mi pecho, siento gente picando en mi caja torácica. Siento ruidos de sirenas y grapas en la carne. Siento como escribes tus últimas palabras con la ayuda de mis costillas y mi sangre. Siento que mi cuerpo, es el lienzo de tu expresión de Muerte. El tórax se hunde y con él, los instrumentos que usé para poder Amarte. Amarte bien, nunca fue suficiente.

Nunca fue suficiente.



*

*

2011-02-28

Autopsia en Vida

Me iba a acostar, lo prometí, pero...

una nube de palabras torcidas, inclinadas en una perfecta diagonal expirante se abalanzó sobre mis cabellos mojándome de mierda al respirar. Al respirar en este habitáculo sin paredes. De mierda.

No te pongas las gafas, no hay nada que leer de tu agrado. No te pongas las gafas, hazme ese favor. Deja de tocar la pantalla. Deja de leer las lineas de una en una siguiendo ese orden que te enseñaron en la escuela. Sáltate las normas. No me leas. No me leas, hazme el favor. Que hoy no encuentro a quien escribir bajo esta nube de palabras torcidas, inclinadas, en una perfecta espiral que roza mis pestañas. De mierda.

Saqué punta a mi lapicero del número dos. A modo de bisturí, rajé hondo una perfecta fosa en el corazón. Se cubrieron los bordes y las paredes rápidamente de escarcha roja, sucede cuando la sangre se seca. Eso no me impidió meter el dedo poco a poco en ese abismo ardiente, penetrandolo así hasta rozar la pared opuesta y por último, sacar cuidadosamente la yema húmeda de mi dedo índice teñida de un granate podrido después de haber arañado los vasos y capilares que dotaban de muerte en vida a este tumor. Nuestro tumor. Abre la boca. Cómetelo. Es una autopsia en vida. Es mi ofrenda de Amor.

Quién no ha fantaseado alguna vez con disecarse el Corazón en Vida.
Quién no fantasea con colgar las palabras más bellas de Amor de una soga y darle una patada al libro que las sujeta.

He vomitado los sentimientos en el suelo de mi cuarto y todo ello ha conformado un bonito momento artístico, incluso la música era lenta. Pero has cerrado la puerta y se ha derrumbado el techo. Era yo.

2010-11-21

Defectuoso

Tenía el corazón resquebrajándose a causa del cortante. Tenía el endocardio encharcándose de sangre, una disfunción severa. Su diástole sufría de nerviosismo crónico. Yacían restos de escarcha proviniente de sus fibras de Purkinje y quizá era dueña de un miocardio que padecía de claustrofóbia. Su caja torácica disponía de una cavidad modesta. Imposible para la explosión. Su corazón se contraía por momentos pero nunca se distensaba. Un manto hiriente lo cubría de un helor tal que podía escuchar el cuajo y ese látigazo punzante con tan sólo apoyar mi mano sobre su pecho desnudo. El crujido de un cardiograma atemporal. El rojo helado. El rojo hielo. La gangrena llegaba de la boca de un suspiro chirriante que lo convertía en una preciosa corteza de metal. Así, se despojaba ella de ese quiste, tumor que la incapacitaba para Amar.


Defectuoso.