2012-12-17
Be true to yourself
Estoy un poco más tranquilo, hablaré en masculino porque me siento más a gusto hoy así. Estoy más tranquilo porque por fin tengo cita con el psicólogo y con el tatuaje, son dos cosas de las cuales tengo muchas ganas, aunque quizá ansío más la cita con el psicólogo, Jorge.
Me voy encaminando a la verdad, sea cual sea, me asusta pero es así, es mi problema y tengo que afrontarlo con 24 años, sino ¿cuándo lo haré?. Debo ser responsable sobre mi salud mental, eso debería de aprender de mi madre. No seguir su ejemplo y preocuparte por mi. Nadie lo hará.
Hoy he hablado con dos personas maravillosas que me han ayudado mucho, una es un chico especial y otra es una ex novia que me sorprende que me entienda tanto y me ha ayudado una frase concreta que me ha dado mucha seguridad pese a que ahora queda obsoleta: "yo cuando te quería, te quería igual te llamaras Sandra o te quisieras llamar Marc, solo me preocupé por ti". Luego acabó resultando ser un desastre y no queriéndonos nunca más, es lo que tiene ser una pareja y luego ya no, pero está bien saberlo; saber que cuando te quiso, eso le dió igual. Aunque sería raro, difícil, quizá si hubiera estado conmigo mientras me inyecto testosterona y me va saliendo barba, sería otra su reacción.
No se, hoy tengo una sonrisa en la cara. He podido hablar con otra persona sobre este tema y la verdad, sin que nadie más del mundo me oiga y como en mi propia burbuja, en mi coche, me siento a gusto. Hoy he estado así, a gusto. Confío en que todo salga bien. La verdad es que tener un psicólogo es un alivio, es como alguien que se hará cargo de mi y me escuchará durante un ratito, genial. No puedo pregonar a los cuatro vientos lo que me está pasando porque no lo se y porque no es un tema gustoso, no es que te ha tocado la lotería. Antes, en el coche, describiéndome y describiendo mi visión sobre el mundo quería llorar porque recuerdo eso de: "si hubiera nacido mujer heterosexual y bella y genial y sintiéndome mujer y siendo femenina y todo eso, todo sería genial, sencillo, fácil, normal, normal, normal. Normal." Pero no; siempre tengo que liarla, darle la vuelta, ser diferente, tan diferente. Yo no elegí ser así de diferente, de verdad, créeme. Yo, de pequeño tenía una visión de mi. Yo, en mi infancia, era un chico normal al que le gustaba Mónica y eso para mi era normal, pero las risas de los demás me hicieron saber enseguida que algo estaba mal. Querer a Mónica estaba mal y pegarme con Álvaro por ella estaba aún peor. Robarle la ropa a mi hermano también estaba mal y jugar a cosas donde yo era el chico también. Comprar ropa de chico con mi madre también estaba mal porque siempre hacía el ridículo delante de sus compañeras de trabajo, lo cual para mi era como sentir que mi madre se avergonzaba y no estaba orgullosa de mi. Muchas veces he pensado eso. No se, poco a poco fui descubriendo que no eran normales muchas situaciones, que no encajaba ni en un grupo ni en otro. Esos años los he perdido buscando mi lugar. No quiero vivir más mentiras, en ningún aspecto y ahora no le debo nada a nadie, no debería tener miedo, solo me lo debo a mi. Solo hablo de sentimientos, de cómo me siento, de qué pienso y de lo que es mi vida ahora. Es un conflicto salir a la calle, ¿cómo quiero que le identifiquen los demás? Es la pregunta diaria. A la gente no le pasa, y si le pasa, tienen un problema como yo. Sabrás de qué hablo.
No es fácil sentirse solo en medio de mucha gente, a infinidad de individuos nos pasa. Al final todos buscamos lo mismo: Amor.
Ars Amandi, Reflexiones filológicas,
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Disección del alma y el cuerpo,
Disforia del género
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