Le Odio. Odio a Dimitri aunque no le conozco personalmente. Aunque no le conozco personalmente, es el tipo de personaje que te crea la náusea de la nada cuando piensas en él. Un tipo irritante. Un tipo que a la mínima de cambio roba en tu cara, con la impotencia de valorar mi vida por encima de todo. Eso, y los pocos huevos que le quiero echar cuando de proteger mi no-negocio se trata, hacen que sea imposible detener el hurto a plena luz del día.
¿Qué tendrá que ver con la Chica de las Burbujas? Tiene; por desgracia. La tiene amenazada si entra a la tienda a chivarse de que ha venido nuestro amigo Dimitri a 'comprar'. No se llama Dimitri, pero así lo apoda una compañera de la tienda para poder diferenciarlo de los demás.
Hoy ha vuelto la Chica de las Burbujas. Compartía escaso perímetro de la puerta con una Rumana que si bien parece inofensiva, también ha reclamado su espacio para eso de las 16h. Me la tienen acobardada, bueno no, ella no se acobarda con nada, demasiado valiente me parece. Algún día le partírán la cara. No seré yo. No seré yo porque hoy me ha confesado que está limpia desde aquel domingo. Desde La Chica de las Burbujas I. Desde hace dos semanas. Cumplió lo de mudarse de piso; pero la casera les ha aunmentado el alquiler. Un inciso: cada uno es bien libre de poseer cuantos bienes quiera y luego sisar con ellos; pero si eres uno de esos que van especulando con los alquileres, eres un hijo de puta. Bien, como iba diciendo, su casera les ha subido el alquiler, probablemente para que se gaste su poco dinero en ella y no en la heroina. Quiero pensar que es una buena mujer, quiero pensarlo, de veras.
Pero como las desgracias no vienen solas, se irá a Murcia a vivir. Su compañera que tan amablemente la acogió -antes de saber que les iban a subir el alquiler- se muda. Se marcha y se va. Porque no-sé-qué-rollos de Murcia. Total, que calculo dos semanas o tres antes de perderla de vista y eso me entristece. Estábamos empezado a estrechar la relación, que bueno, que a mi me hacía mucha ilusión. Ahora sólo veré entonces a la Rumana, a la Gitana de la bombona de butano del barrio de toda la vida, a el del perro blanco y/o pelo naranja y...y a nadie más. Dimitri no pide, ni compra, ni hace pompas de jabón gigantes, ni tiene perro. Él sólo roba. Y se le da bien, a ver quién tiene cojones de decirle algo. Yo no. Yo sólo cobro, no tengo el físico necesario para ser Seguridad.
Me ha sorprendido. Le he preguntado que a qué se dedicaba en la República Checa antes de venir aquí, y me ha contestado que trabajaba como yo, en una tienda, pero a tiempo total y su tienda era más grande. Una especie de grandes almacenes de la comida allá en su país. Increible. ¿Acaso no hay demasiadas coincidencias? Esa chica es genial.
Me ha hablado también de que su perra probablemente esté embarazada, pero que espera que sea psicológico. Y se porta muy bien cuando le doy un par de latas de comida con un preparado especial. La Chica de las Burbujas le habla en checo y yo me quedo boquiabierta mirándolas a ambas. Suena bastante dulce, al menos las órdenes a su perro. '!Qué inteligente! ¿Tu perro entiende el checo?'. Obviamente.
Un perro Checo, una chica Checa y una vida nueva. Para mi, era importante.
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