Fines de semana

Hay días en los que, simplemente, se que debo irme pronto a la cama, tumbarme, relajarme, respirar bien hondo y dejar que llegue el día siguiente. Momentos que no tienen sentido o a los que no puedo darles forma en mi mente o controlarlos o enjaular emociones que aullan en mi pecho. Son esos días que, empiezan mal y acaban peor. Son esos días, de fin de semana, donde antes era un campeón poniéndome hasta el culo de whisky y que ahora, queriendo cuidar mi cuerpo, jodo mi mente. Esos días donde me siento más solo que nunca, añorando algo que no se si me invento yo solito y que no están unos brazos cálidos para abrazarme este invierno.

Me acostumbré a lanzar mis frustraciones contra la cama.


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