2013-01-05
Testosterona
Hoy he tenido un sueño faraónico y morfeo me ha mostrado el camino de la testosterona.
He soñado que me inyectaban testosterona en la mano derecha, tumbado en una camilla de un hospital donde he hecho una rápida visita y me he medio colado porque mi tía conocía a las enfermeras. He sido pinchado sin consentimiento médico y sin el de mis padres, pero de repente me decían: "no te muevas, tiene que reposar tu mano, te dolerá", y yo como un burro me he puesto a dar brincos en el hospital haciendo símbolo inequívoco de victoria gritando un "toma!" bien alto y moviendo los brazos en tono triunfador. Se me había quedado la aguja puesta, y mientras huía de la camilla iba corriendo hacia mis padres y mi hermano y gritaba "toma! toma! toma!, ¿ahora qué? ¿eh?" eufórico como si hubiera ejercido el acto más esperado de mi vida. Tan real era, que pensaba que ya llevaba un día con la testosterona y no ha sido así al levantarme. Mis progenitores han empezado a gritarme de todo y con cara de enfado me han hecho saber que ese acto iba en contra de su voluntad, pues no tenía su menor consentimiento.
De todos modos ha sido un sueño que me ha dado mucho que pensar esta mañana en la cama, pensar en positivo la verdad.
Me he quedado con esa sensación placentera durante el día de hoy.
Ars Amandi, Reflexiones filológicas,
Disforia de género,
Disforia del género
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